Autora: Yaleth Alexandra
Benítez Santiesteban
IE Sagrado Corazón de
Jesús de Virudó Bajo Baudó
Acompaña a la IE Francisco
Pizarro de Pizarro Bajo Baudó
Foto Amagarcos |
Después de 15 años de
ejercer mi labor docente en una de las poblaciones más distantes y de difícil
acceso por su ubicación geográfica en el departamento de Chocó, un territorio
marcado por el subdesarrollo y su alto índice de necesidades básicas insatisfechas;
y después de insistir en
repetidas ocasiones para inscribirme en la convocatoria del Programa Todos a Aprender,
lo que no había logrado debido a la carencia de las herramientas tecnológicas
en el medio; hoy me siento afortunada de haber logrado hacer parte del programa
que tiene como objetivo mejorar la calidad de la educación en Colombia,
programa al que agradezco el esfuerzo y la disposición que tiene para apoyar
todo este proceso y todo lo que he requerido. Esto hace
más grande el compromiso de dar lo mejor de mí para el buen funcionamiento del
programa. Cada una de las
capacitaciones que he recibido me ha llenado de enormes conocimientos, de
muchas fortalezas que hoy
gracias a Dios puedo poner en práctica.
Aunque tengo que reconocer
que no fue fácil iniciar en el programa, que en el camino hubo muchas
dificultades y temores, fue necesario asimilar el cambio; el transporte por
ejemplo fue de lo de mayor dificultad, ya que el desplazamiento desde Virudó
solo se hace con marea alta, es decir que
para moverse de este lugar se depende
exclusivamente de la
ubicación de lancha y del nivel del mar. Para llegar hasta Pizarro, la cabecera
municipal, se debe hacer mar adentro arriesgando así la integridad física, puesto
que con el mar nunca se sabe; como se dice popularmente “Al mar no se le debe
tener miedo, pero si mucho respeto”. Otra forma de llegar es por los esteros
hasta el corregimiento de Piliza y luego caminar entre 4 y 5 horas por la playa
obviamente este viaje genera estrés
y un gran derroche de energía.
Todo este esfuerzo para
recibir mi primera capacitación del 4 al 8 de febrero del 2013, donde asistí con muchas
expectativas e ilusiones en un escenario distinto al del aula de clases, con
nuevos compañeros y mucha información para asimilar en tan solo una semana, lo
cual me produjo intranquilidad y falta de confianza, pues asumía el reto
digerir y comprender de muy
buena manera toda la información para luego en la semana siguiente enfrentarme
a dos grupos de maestros de diferentes instituciones: Los de la cabecera
municipal en el colegio Francisco Pizarro, un grupo de maestros con un enorme
recorrido en educación y con la experiencia vivida de algunos modelos
educativos que no llenaron sus expectativas mostrando así su escepticismo y
apatía con la ejecución del programa y teniendo en cuenta además que la persona
encargada de orientarles en el nuevo proceso es una docente que pertenece a una
institución mucho más pequeña de un
lugar muy apartado de la zona urbana a la cual llamaron maestra de orilla. Esta
situación me llenó de motivación y dedicación, pues tenía un gran reto conmigo
misma, el de demostrarme que todo lo que nos proponemos lo podemos conseguir,
el de no ser inferior al
reto el de creer en mí, aumentando mi autoconfianza y ver en mi a la persona
que puede enfrentarse a
cualquier dificultad y superarla; por consiguiente con la demostración
permanente de la importancia de cada una de las actividades planteadas por el
programa para mejorar la calidad de la educación poco a poco empecé a ganarme
la confianza y la credibilidad suficiente de cada uno de ellos para que hoy reconozcan las
virtudes del programa.
Por otra parte los
docentes de la institución de Villa-María que
desde el comienzo del programa se sintieron satisfechos y con la confianza suficiente de poder
trabajar con una docente del medio como facilitadora de la estrategia que se
está presentando; y que generó un impacto positivo y alentador en cuanto al
reconocimiento de los docentes de que el camino que se está utilizando no es el propicio para que la
educación colombiana este en los primeros lugares a nivel mundial, y que por
esta razón nuestra educación debe reunir a toda una sociedad, ya que si ponemos
en ella nuestra fortaleza y confianza, vamos a tener mejores estudiantes y por
lo tanto mejores ciudadanos que le aseguran un futuro digno a las próximas
generaciones.
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