(Tomado de la página web de REDEM)
Día:
18 de octubre de 2012.
Hora:
8:00 – 9:30
Grado:
Segundo.
Número
de estudiantes: 13 varones y 8 mujeres.
Lugar:
Restaurante Campestre.
Actividad:
Ejecución de la Mesa Redonda.
Me
estaba conduciendo al colegio cuando de pronto recibí una llamada de mi
profesor participante. Profesora, la clase no será en el aula. Con mis
estudiantes me estoy trasladando a un restaurante campestre de la ciudad –me
informó. Pues tuve que cambiar de ruta e ir directamente al lugar donde se
desarrollaría la clase.
Cuando
llegué me di con la sorpresa de que el profesor había organizado a los
estudiantes en grupos de cinco integrantes para debatir un tema que él les
había asignado. La técnica que emplearía para la discusión se llamaba mesa
redonda. El turno era para el grupo 2, cuyos miembros tenían que exponer sus
ideas ante los demás acerca del tema “Las comidas típicas”. Las mesas en el
restaurante estaban fusionadas y alrededor de ellas los estudiantes y el
profesor. Y también me senté junto a ellos.
El
profesor ofreció algunas indicaciones previas haciendo énfasis en el valor del
respeto a las diferencias culturales y pidió al ‘grupo de expertos’ que
expusieran sus puntos de vista. Empezaron a hablar sobre los platos típicos de
Monsefú, cómo se preparaban y dónde se vendían. Entre los platos que
describieron los estudiantes, tenemos: arroz con pato, pepián de pava, conejo
al horno, panquitas de life, etc. Cómo se preparaban, y dónde los vendían.
El
profesor preguntó para qué fiestas se preparaban con mayor frecuencia. Los
alumnos respondieron que se preparaban para bautizos, cumpleaños y, sobre todo,
matrimonios. ¿Cómo se celebra un matrimonio en Monsefú? –continuó el profesor
preguntando. Elvira, integrante del grupo y natural de la localidad explicó que
en el matrimonio se organiza una fiesta que dura entre tres y cuatro días, que
hay mucha comida, bebida y que todos pasan agradables momentos. Los otros niños
también participaban respaldando lo que su compañera informaba sobre esta
celebración nupcial.
Pedro
que no era de la localidad, pero que estaba viviendo actualmente en Monsefú,
dijo que en Chiclayo los matrimonios no se celebran así, que solo duran una
noche y no hay tanta “borrachera”. “Los de Chiclayo son unos tacaños que no les
gusta gastar su plata para un matrimonio” –respondió alterado Cristian.
Jhon,
que era de Chiclayo, aclaró que no significa ser tacaño, que esas fiestas eran
más bien un desperdicio de dinero, y que los de Monsefú mucho toman: “Son
borrachos” -acotó.
El
profesor intervino con fin de calmar a ambos estudiantes diciéndoles y
explicándoles lo que significa la interculturalidad: saber respetar y valorar
las costumbres de los demás para poder vivir en armonía. La participación del
profesor hizo que los estudiantes bajaran el tono del debate y participaran más
calmados.
Sin
embargo, Alex que pasó la mayor parte del tiempo riéndose mientras sus
compañeros debatían, dijo: “Pero, profe, DE CAPAZ, que los de Chiclayo no
tienen plata y quieren ahorrar”. “Sí, claro, podría ser. Pero alumno no se dice
CAPAZ, puedes usar otro término como derrepente” –le corrigió el profesor.
Todos los alumnos se rieron de su compañero y dijeron: “profe es que no
sabe hablar”. “Ay profe, entonces ya no hablo pues” –respondió Alex. El
profesor aprovechó este incidente para hacer hincapié en el tema de la
interculturalidad